La Catedral de Zamora (Zamora, España), dedicada a El Salvador, se inscribe dentro del denominado Románico del Duero, distinguiéndose por ser la más pequeña y la más antigua de las once de la Comunidad de Castilla y León. Fue declarada Monumento Nacional por Real Orden de 5 de septiembre de 1889. Su planta es de cruz latina con tres naves de cuatro tramos, las laterales con bóveda de arista y la central de crucería simple. Los tres ábsides que tenía en origen fueron sustituidos por una cabecera gótica en el siglo XVI. En el crucero se alza un cimborrio con un tambor de 16 ventanas sobre el que se levanta una cúpula de gallones revestidos con escamas de piedra y soportada con pechinas de clara influencia bizantina. Es el elemento más llamativo, bello y original del templo, y un verdadero símbolo de la ciudad.
Descripción
El templo románico, tiene planta de tres naves, en origen tres ábsides, que debían ser parecidos a los de la colegiata de Toro y que se sustituyeron en el siglo XV por los actuales góticos y un crucero poco marcados en planta. Los transeptos se cubren con bóvedas de cañón apuntado, las naves laterales con bóvedas de arista capilazadas, y la nave central con bóveda de crucería tardorrománica o protogótica.
Sobre el crucero, apoyado internamente, se alza el cimborrio, que es un tambor perforado por 16 ventanas sobre el que se elevan las dos cúpulas, una interna semicircular, gallonada, y otra externa ligeramente apuntada. sus formas. Tiene planta de cruz latina, tres naves de cuatro tramos y tres ábsides que fueron sustituidos por una cabecera gótica en el siglo XVI. El exterior se ameniza con cuatro cupulines que sirven para reforzar las esquinas y cuatro frontones hacia los puntos cardinales que apuntalan la bóveda. Es, con su decoración exterior de escamas, el elemento más destacado del templo y un auténtico símbolo de la ciudad. De «obra genial sin paralelo en la arquitectura medieval» la calificó el historiador José Ángel Rivera de las Heras, quien añade que se convirtió en «cabeza de serie de obras semejantes en la Catedral Vieja de Salamanca, la Colegiata de Toro o la sala capitular de la seo de Plasencia», singular grupo que fue denominado por el historiador Manuel Gómez-Moreno como cimborrios bizantino-leoneses.
Hay que destacar también el coro, que fue construido entre 1512 y 1516 por Juan de Bruselas. La sillería del coro destaca por la abundancia de temas de carácter profano: escenas basadas en fábulas, proverbios, refranes, mitología y también de la vida cotidiana.
La torre del Salvador, de 45 m de altura, se construyó a lo largo del siglo XIII aunque el estilo es románico. En tiempos debió de estar almenada. Sirvió hasta el terremoto de Lisboa como cárcel del Cabildo.
Desde el claustro se accede al Museo Catedralicio, que alberga una importante colección de tapices.
El interior del templo posee numerosos símbolos e inscripciones en sus muros que aún hoy siguen descubriéndose, como la que recientemente se ha recuperado de antiguas y desafortunadas intervenciones que hace mención a posesiones de la iglesia en ´´Orlelos´´ y ´´Carvillino´´ (actuales Roelos y Carbellino).
Retablos mayores
Cuatro han sido los retablos mayores que ha tenido. El original románico fue sustituido por uno de estilo gótico hispano-flamenco, realizado por el pintor Fernando Gallego y su taller entre 1490 y 1494. Éste a su vez fue vendido en 1715 a la parroquia del pueblo de Arcenillas (a 7 kilómetros de la capital), por 3240 reales y algunas cargas de grano. Se desconoce cuántas tablas lo integraban, aunque se sabe que eran al menos 35. Con la desamortización 19 fueron a parar a manos del ejecutor de la misma en la zona, Manuel Ruiz-Zorrilla (dos descendientes suyos donaron en 1925 al Obispado las dos que se exhiben en el Museo Diocesano). En el inventario realizado en 1897 faltaba otra más, que no se había recuperado tras una exposición. El número continuó menguando con el paso del tiempo, pues de estas 15, cuatro fueron robadas el 22 de noviembre de 1993 y hasta la fecha no han sido recuperadas. De las otras 24 tablas sólo se conoce el paradero de tres: 2 se conservan actualmente en el Museo Diocesano: ´´Pentecostés´´ y ´´Noli me tangere´´, y otra más en el Museo de Bellas Artes de Asturias, ´´Adoración de los Magos´´, en el que ingresó en 1994, integrada en el conjunto de obras de la colección Masaveu que dicho museo recibió como dación de pago del impuesto de sucesiones de Pedro Masaveu. Este último cuadro fue identificado como procedente de Arcenillas en 2005 gracias a las investigaciones del zamorano Enrique Rodríguez García. Ya antes de las tablas del altar mayor, la catedral había encargado a Gallego otro retablo para la capilla de San Ildefonso a finales de la década de 1470 (éste conservado in situ) y que está considerado como la obra más temprana de cuantas se conservan del pintor. El sustituto del retablo gótico fue un altar barroco del escultor Joaquín Benito Churriguera, de efímera vida, puesto que sufrió daños por el terremoto que el 1 de noviembre de 1755 arrasó Lisboa (cuyos efectos se sintieron también en otras provincias españolas) y a consecuencia de ello fue desmontado en 1758, siendo malvendido al año siguiente, parece ser que para hacer fuego, desapareciendo con ello la que según los datos que se conocen constituyó la obra cumbre de su autor. Lo sustituyó el actual, de mármoles y bronce dorado, diseñado en estilo neoclásico por Ventura Rodríguez, para el que se inspiró en el que había diseñado Sabatini para la Catedral de Segovia.
Epitafio de la infanta Sancha Raimúndez
En el muro izquierdo del presbiterio de la Catedral se encuentra colocado un epitafio, compuesto en 1620-1621 por Alonso de Remesal, en el que se consigna que la infanta Sancha Raimúndez, hija de la reina Urraca I de León y hermana de Alfonso VII el Emperador, recibió sepultura allí
No obstante, a pesar de dicho epitafio y de los documentos y libros que señalan que la infanta Sancha recibió sepultura en la Catedral de Zamora, caso del historiador Fray Joseph Pérez en su obra ´´Historia del Real Monasterio de Sahagún´´, el cadáver de la infanta Sancha recibió sepultura en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León, donde en la actualidad se conserva su cadáver incorrupto.
Puerta del Obispo
La Puerta del Obispo es la única que se mantiene completa de las tres originales. Es junto al cimborrio la pieza más valiosa de todo lo románico de la Catedral de Zamora constituyendo un ejemplo de decoración arquitectónica, sin apenas escultura.
Se divide en tres calles que a su vez están divididas en dos pisos, los inferiores contienen sendos arquillos con lo mejor de la escultura románica zamorana, uno, con San Juan y San Pablo y otro con una Virgen Theotokos. En el siguiente piso sólo aparece una arquería ciega.
Rematando todo el conjunto se yerguen sobre los estribos y las dos pilastras acanaladas que recorren la fachada tres arcos ligeramente apuntados que conforman el remate del hastial.
Descripción
El templo románico, tiene planta de tres naves, en origen tres ábsides, que debían ser parecidos a los de la colegiata de Toro y que se sustituyeron en el siglo XV por los actuales góticos y un crucero poco marcados en planta. Los transeptos se cubren con bóvedas de cañón apuntado, las naves laterales con bóvedas de arista capilazadas, y la nave central con bóveda de crucería tardorrománica o protogótica.
Sobre el crucero, apoyado internamente, se alza el cimborrio, que es un tambor perforado por 16 ventanas sobre el que se elevan las dos cúpulas, una interna semicircular, gallonada, y otra externa ligeramente apuntada. sus formas. Tiene planta de cruz latina, tres naves de cuatro tramos y tres ábsides que fueron sustituidos por una cabecera gótica en el siglo XVI. El exterior se ameniza con cuatro cupulines que sirven para reforzar las esquinas y cuatro frontones hacia los puntos cardinales que apuntalan la bóveda. Es, con su decoración exterior de escamas, el elemento más destacado del templo y un auténtico símbolo de la ciudad. De «obra genial sin paralelo en la arquitectura medieval» la calificó el historiador José Ángel Rivera de las Heras, quien añade que se convirtió en «cabeza de serie de obras semejantes en la Catedral Vieja de Salamanca, la Colegiata de Toro o la sala capitular de la seo de Plasencia», singular grupo que fue denominado por el historiador Manuel Gómez-Moreno como cimborrios bizantino-leoneses.
Hay que destacar también el coro, que fue construido entre 1512 y 1516 por Juan de Bruselas. La sillería del coro destaca por la abundancia de temas de carácter profano: escenas basadas en fábulas, proverbios, refranes, mitología y también de la vida cotidiana.
La torre del Salvador, de 45 m de altura, se construyó a lo largo del siglo XIII aunque el estilo es románico. En tiempos debió de estar almenada. Sirvió hasta el terremoto de Lisboa como cárcel del Cabildo.
Desde el claustro se accede al Museo Catedralicio, que alberga una importante colección de tapices.
El interior del templo posee numerosos símbolos e inscripciones en sus muros que aún hoy siguen descubriéndose, como la que recientemente se ha recuperado de antiguas y desafortunadas intervenciones que hace mención a posesiones de la iglesia en ´´Orlelos´´ y ´´Carvillino´´ (actuales Roelos y Carbellino).
Retablos mayores
Cuatro han sido los retablos mayores que ha tenido. El original románico fue sustituido por uno de estilo gótico hispano-flamenco, realizado por el pintor Fernando Gallego y su taller entre 1490 y 1494. Éste a su vez fue vendido en 1715 a la parroquia del pueblo de Arcenillas (a 7 kilómetros de la capital), por 3240 reales y algunas cargas de grano. Se desconoce cuántas tablas lo integraban, aunque se sabe que eran al menos 35. Con la desamortización 19 fueron a parar a manos del ejecutor de la misma en la zona, Manuel Ruiz-Zorrilla (dos descendientes suyos donaron en 1925 al Obispado las dos que se exhiben en el Museo Diocesano). En el inventario realizado en 1897 faltaba otra más, que no se había recuperado tras una exposición. El número continuó menguando con el paso del tiempo, pues de estas 15, cuatro fueron robadas el 22 de noviembre de 1993 y hasta la fecha no han sido recuperadas. De las otras 24 tablas sólo se conoce el paradero de tres: 2 se conservan actualmente en el Museo Diocesano: ´´Pentecostés´´ y ´´Noli me tangere´´, y otra más en el Museo de Bellas Artes de Asturias, ´´Adoración de los Magos´´, en el que ingresó en 1994, integrada en el conjunto de obras de la colección Masaveu que dicho museo recibió como dación de pago del impuesto de sucesiones de Pedro Masaveu. Este último cuadro fue identificado como procedente de Arcenillas en 2005 gracias a las investigaciones del zamorano Enrique Rodríguez García. Ya antes de las tablas del altar mayor, la catedral había encargado a Gallego otro retablo para la capilla de San Ildefonso a finales de la década de 1470 (éste conservado in situ) y que está considerado como la obra más temprana de cuantas se conservan del pintor. El sustituto del retablo gótico fue un altar barroco del escultor Joaquín Benito Churriguera, de efímera vida, puesto que sufrió daños por el terremoto que el 1 de noviembre de 1755 arrasó Lisboa (cuyos efectos se sintieron también en otras provincias españolas) y a consecuencia de ello fue desmontado en 1758, siendo malvendido al año siguiente, parece ser que para hacer fuego, desapareciendo con ello la que según los datos que se conocen constituyó la obra cumbre de su autor. Lo sustituyó el actual, de mármoles y bronce dorado, diseñado en estilo neoclásico por Ventura Rodríguez, para el que se inspiró en el que había diseñado Sabatini para la Catedral de Segovia.
Epitafio de la infanta Sancha Raimúndez
En el muro izquierdo del presbiterio de la Catedral se encuentra colocado un epitafio, compuesto en 1620-1621 por Alonso de Remesal, en el que se consigna que la infanta Sancha Raimúndez, hija de la reina Urraca I de León y hermana de Alfonso VII el Emperador, recibió sepultura allí
No obstante, a pesar de dicho epitafio y de los documentos y libros que señalan que la infanta Sancha recibió sepultura en la Catedral de Zamora, caso del historiador Fray Joseph Pérez en su obra ´´Historia del Real Monasterio de Sahagún´´, el cadáver de la infanta Sancha recibió sepultura en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León, donde en la actualidad se conserva su cadáver incorrupto.
Puerta del Obispo
La Puerta del Obispo es la única que se mantiene completa de las tres originales. Es junto al cimborrio la pieza más valiosa de todo lo románico de la Catedral de Zamora constituyendo un ejemplo de decoración arquitectónica, sin apenas escultura.
Se divide en tres calles que a su vez están divididas en dos pisos, los inferiores contienen sendos arquillos con lo mejor de la escultura románica zamorana, uno, con San Juan y San Pablo y otro con una Virgen Theotokos. En el siguiente piso sólo aparece una arquería ciega.
Rematando todo el conjunto se yerguen sobre los estribos y las dos pilastras acanaladas que recorren la fachada tres arcos ligeramente apuntados que conforman el remate del hastial.
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N41° 29' 56.653799999964 " W5° 45' 16.551360000039"
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